El día anterior viajamos de Maiquetía a Quito: Ramón Morillo, Richard Mora y Alfonso Mora, con este escribano. A las 4:00 am salimos del vetusto convento de La Merced. A las 11:00 tocábamos el timbre en la casa viceprovincial de los frailes capuchinos, en la capital ecuatoriana. Compartimos almuerzo con los hermanos de dicha fraternidad y otros peregrinos que vienen al encuentro de formadores capuchinos de la Conferencia capuchina andina. Tuve la oportunidad de saludar, telefónicamente, a Fr. Fausto Trávez, ahora obispo de Babahoyo. Hace treinta años este fraile observante organizó un encuentro internacional de jóvenes franciscanos. Vine a Quito, entonces, con un grupo de juventud perijanera, guiado por Fr. Santiago Pérez, quien llegaría a ser obispo del Vicariato del Caroní. Fr. Santiago murió antes de cumplir un año en ese servicio.
En la tarde nos llevaron a una casa de las Bethlemitas, fundadas por el santo Pedro Betancourt, en Guatemala, en el s. XIX; cena, misa y cama.
Esta jornada ha sido intensa. Comenzamos con laudes y desayuno. El primer encuentro fue dedicado a la bienvenida, la presentación de los participantes, revisión de la agenda de estas dos semanas, observaciones prácticas. El segundo encuentro (hasta la hora del almuerzo) y el tercero (después de siesta), compartimos, en pequeños grupos, la historia vocacional de cada uno. Interesante ejercicio. Sería largo contar los detalles. Puedo resumir diciendo que los cinco miembros estamos felices de ser capuchinos y formadores. Así mismo manifestaron todos los formadores presentes. Un hermano lanzó el interrogante: "¿será que en un encuentro de párrocos o de superiores todos los hermanos pueden decir lo mismo?" Agradezcamos a Dios que ha estado grande con nosotros. Todos expresamos que las crisis atravesadas, frecuentemente por motivos afectivos, han sido grietas que Dios ha aprovechado para llegar a lo más hondo de nuestra existencia.
La mayoría de los participantes son jóvenes latinoamericanos. Los veteranos les decimos que también nosotros cuando comenzamos nos sentíamos inseguros y poco preparados. Los cursos de formación de formadores de la CCA son altamente valorados. El coordinador general de este encuentro expresa que cree que nadie debe ir a Europa a estudiar, sin haber hecho unos años de experiencia fraterna y pastoral.
Cerramos el día con mesa, misa y videoforo sobre Alejandro Labaka e Inés Arango, mártires de la caridad en su empeño de servir a los pueblos indígenas de la amazonía ecuatoriana.