Hoy, de 8:00 a 10:00 am tuve el tercer encuentro con los seis postulantes. Dialogamos sobre la formación: acompañados para acompañar, nos dijeron en Conocoto, Quito. Cuidar especialmente la afectividad y la sexualidad. Dualismo griego que se filtró en el cristianismo. Experiencias concretas de neurosis y sicosis provocadas por represiones sexuales, con discurso de santidad. Una pareja de turistas cultos que quisieron conversar sobre sus disfunciones sexuales, conscientes de que el origen estaba en una educación dualista y represora. Los escándalos de sacerdotes pedófilos norteamericanos. La importancia de conocerse uno mismo y de hacer y compartir la propia historia de vida. La ventana de Joharis: los otros como ayuda para conocernos. La necesidad de acompañantes: formador, director espiritual, confesor y, eventualmente, sicólogo o siquiatra. Pinceladas de sicología freudiana y posfreudiana (Jung, Frankl, Erikson). Herramientas para el autoconocimiento. Consejo paulino: realizar la verdad en el amor. Ser sinceros y crear un clima de diálogo profundo, empático, respetuoso, sin moralina...
Debo estar profundamente agradecido a Dios por los formadores habidos, especialmente por Fr. Santiago Pérez y por los 'freudianos silvestres', Adrián y Guerrero, actual obispo del Vicariato del Caroní. Nos ayudaron a conocernos a nosotros mismos y a trabajar en el hondón, con herramientas sicológicas y experiencia espiritual franciscana, partiendo del reconocimiento de que somos pútridos, hediondos y miserables, y confiando en la misericordia del Abba, el Padre bueno con corazón materno. Estos formadores y otras personas, de amistad lúcida y profunda, incluyendo a sicólogo (Zapata) y siquiatra (Rodríguez), han sido hitos importantes en la propia historia, en el propio camino. Acompañado para acompañar.