Ayer correspondió animar la misa de aguinaldos al sector Tukui Wokudén (El vaso del Tukusito), que son los vecinos que habitan las casitas ubicadas desde la cancha de fútbol hacia la pista de aterrizaje, incluyendo a los Chaní, que ocupan su lugar desde antes de la fundación del centro misional. Los aguinaldos estuvieron bien. Después de misa los aguinalderos parrandearon en la casa grande o salón múltiple, lugar de las asambleas comunitarias.
Llamó anoche Melchor, concejal, pidiendo que los postulantes que se encuentran en Mapaurí puedan quedarse en dicha comunidad hasta el 23 en la noche. Él se compromete a traerlos el 24 en la mañana. Aprobado: se trata de que participen en actividades navideñas.
Hoy pedí a Néstor, de la cooperativa Emasensén, que recuerde, por radio, a los postulantes que están en S. Rafael que deben estar preparados para venir a Kavanayén el 23, es decir mañana. Railly fue temprano a Santa Elena, llevando a Naty y su nieto, quienes volarán con Rafael Arias a Wonkén. Ambos quieren poner distancia con los pleitos familiares, agudizados por las borracheras.
Evangelio de hoy, rumiado en la caminata matutina: El Magnificat. Grandeza y santidad, en Dios, riman con misericordia. El Abba tiene un corazón de madre, decía Juan Pablo I, el papa de la sonrisa.