Recién finalizo la lectura de las Memorias de Ramon Escovar Salom, que él mismo llama de ida y vuelta, es decir, que va combinando las evocaciones de su larga existencia con reflexiones sobre el presente de esta dolida patria. Dice el memorioso que esta pesadilla fascista-comunista, con estilo posmoderno y tropical, es fruto de muchas causas, pero que él considera el principal responsable a Carlos Andrés Pérez, quien facilitó que su amante, Cecilia Matos, Pedro Tinoco y los llamados doce apóstoles, provocaran una corrupción gigante que vació de contenido ético a las instituciones democráticas... El descrédito de la democracia dio paso a la antipolítica. Así la victoria de Chávez, a quien considera militar del montón, con bajo nivel cultural y mucha megalomanía, le fue servida. He escuchado que eso ocurrió con la activa participación de los medios ahora perseguidos, especialmente Venevisión, canal que luce cómodo en la coyuntura actual.
Ciorán, filósofo rumano muerto en París, afirmaba que al final de su vida sólo le interesaban las memorias, porque son una oportunidad para entrar en la historia por ángulos personales, menos ideologizados. Es interesante ver cómo gran parte de los intelectuales occidentales, incluyendo a los latinoamericanos, se tragaron el anzuelo marxista y se convirtieron en ciegos que no querían ver la realidad. Evoco una frase de Ludovico Silva, marxólogo venezolano, poeta y beodo: 'el deseo más común entre mis camaradas intelectuales marxistas es salir de sus países comunistas y venirse a vivir al combatido capitalismo...'. No necesita comentarios.
Felicitaciones a Vladimir Villegas, 'chavista' que se atreve a pensar y a decir lo que piensa, aunque se molesten el Supremo y sus aduladores. Igualmente, congratulaciones a Rigoberto Lanz, por mantener, contra viento y marea, un espacio de diálogo alejado del coprónico lenguaje del Mandamás y sus imitadores de pacotilla.
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