Ayer en la tarde, retomando la rutina de la caminata diaria, abandonada hace varias semanas por diversas razones, incluyendo las dos asambleas en que he participado, me fui a disfrutar del ejercicio suave, el paisaje gransabanero y la rumia de la existencia. Sensaciones, sentimientos, ideas, Palabra y acciones realizadas o por realizar... todo fluye mientras discurro con los pies. Rumio versículos del Ben Sirac y rezo el rosario. Un par de obreros de CVG-Parupa me invitan a una cerveza que da paso a una conversa con esta gente sencilla, abrumada porque el gigante CVG está en crisis y eso les golpea (por ejemplo, ahora tienen que comprar los víveres para su comedor, en la estación científica Parupa). Recuerdo la frase de Teodoro: 'Misión vuelvan caca', porque todo lo que tocan lo convierten en materia pútrida. Pero no hablemos de política.
Uno de los obreros invita a un tumá en su casa; su esposa y las hijas nos sirven la tradicional sopa pemón, para mojar el casabe. Pescado y jugo de parchita completan el sencillo banquete. Uno de los comensales es Juancito, a quien conocí cuando era un niño, estudiando tercero en Wonkén, su lugar de origen; ahora es el yerno del anfitrión; es uno de los exempleados de Evcaven que ganaron la pelea contra la conchupancia de Edelca con esa contratista maula, propiedad de un hermano de J. Chacón (¡viva la boliburguesía!; otra vez política...¡agh!).
Esta mañana, rutina frailuna incluyendo la misa temprana. Evangelio cotidiano: Jesús que nos llama a la praxis coherente; realizar la verdad en el amor, dice Pablo de Tarso. El Prof. Ismael fue, en transporte misional, a Las Claritas a llevar a Miguelina y su esposo; ella va a consulta médica, en Pto. Ordaz. También su hermana, Alicia, está en manos de galenos, en Ciudad Bolívar. El hermano asno es corruptible, pero llegaremos a tener un cuerpo glorioso, por gracia del Padre Bueno.
Los postulantes están en dos pequeñas comunidades; el Hno. Raúl, andaluz, fue a una de esas localidades (Rivo-rivó); el más veterano, Hno. José-manuel, fue de peregrinación a su querido delta orinoquense; de manera que en casa capuchina quedamos Wakú y yo. El primero es un cruce de Rottweiler y Loba siberiana, manso como un ovejo. Aprovecho el tiempo libre y la soledad para leer un texto de Domínguez Morano, jesuita sicoanalista.
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