Ayer en la tarde llegó a casa, en este poblado pemón, un sacerdote de nombre Juan, de la diócesis de Maturín, que vive y trabaja en Washington para la comunidad hispana. Coincide que estaba leyendo un poema de Cardenal sobre Tahirassawichi, jefe indígena, místico, que visitó la capital norteamericana a final del siglo XIX. Es un poema del libro de Ernesto Cardenal en homenaje a los indígenas de América. La familia de Juan nos invita a cenar: parrilla acompañada por ensalada mexicana, pan y cremas árabes, además de vino chileno. La globalización en la mesa.
Esta mañana, en la caminata cotidiana, discurriendo con los pies y el corazón, rumiaba la existencia, la Palabra y el rosario. Al volver a casa topé con unos jóvenes de la comunidad que buscan transporte hasta la carretera asfaltada. Uno de ellos continúa sus estudios de enfermería, con apoyo del Profesor Bosco Colina, fuera del Edo. Bolívar. Ya en la puerta de casa me encontré con el Pbro. Juan, que va con su familia al río Karuai. Se sorprende cuando comento que el médico local es nativo. Ayer dialogué, en la noche, con la jefa de educación del municipio Gran Sabana, también nacida en esta comunidad de Kavanayén. Son estos jóvenes de empeño, estudio y trabajo el futuro de la comunidad y del pueblo pemón.
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