Salmo 3: Clamo a Yahvé/ desde su santo monte./ Él me responde.
El Maestro nos ha enseñado que el lugar de oración no es Garizim o Jerusalem, sino en espíritu y verdad. Oración, ayuno y limosna son obras de la piedad judía que hemos heredado los cristianos. El Carpintero Mesías nos invita a realizarlas no para ser vistos (oh, narcisismo posmoderno) sino para agradar al Altísimo que ve en lo secreto.
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