La misa de medianoche fue ocasión para expresar con buenos aguinaldos la alegría de sabernos acompañados en la historia, discurso de borracho, por Aquél que puede sacarnos del ruido y la furia, para llevarnos a su Reino, que tiene raíces en la historia, porque la Palabra se hizo carne en el vientre de una joven judía, quince mil millones de años después del bigbang. Feliz navidad para el viejo cosmos, para el viejo olivo (Israel), los hermanos del Libro (Corán), los creyentes todos y los humanos de buena voluntad, incluyendo los lectores de estas letricas. Eclo 18: la misericordia de Dios alcanza a todo el Universo (del cual, según los físicos, sòlo percibimos el 10% que nos parece infinito).
La misa dio lugar a la danza. Amanecí bailando con arekunas en casa de Naty, que en su ausencia es de sus hijos: Marcos y Georgina. Hacìa diecisiete años que no amanecìa bailando. Fui a casa, me bañè, preparé y tomé cafè cargado, e inicié la tarea, sin pegar un rato los ojos. Tres entrevistas con postulantes. Almuerzo sobrio, con la Hna. Zaida. Tiempo de necesaria siesta (prolongada). El hermano asno pedìa agua y cama. Concedido. En la tarde, antes de misa, reuniòn con los postulantes (seis): eco a las entrevistas personales y algunas indicaciones para el tiempo vacacional, que comenzaràn al día siguiente, cuando se pongan en camino a las casas de sus parientes. Misa vespertina con regular participación. Homilía más familar (para la comunidad local), en comparación con la de medianoche, dedicada màs a los visitantes. Una llamada a tomar en serio el proyecto de Dios, que exige que trabajemos por una sociedad màs justa y libre, menos violenta, menos polarizada polìticamente...
Hoy es día del martirio de S. Esteban. El Hno. Raùl y los postulantes se marcharon. Dos en cola con unos zulianos, incluyendo algùn hermano de Fr. Ramòn. Otros dos en cola con la Hna. Zaida. El pemón quedarà de paso en S. Ignacio, su comunidad. El guatireño viajarà con Raùl desde la capital municipal a la violenta capital nacional. Dios les guarde a todos. Fr. José Manuel y un servidor, con la Hna. María del Carmen, pemona, quedamos en este vetusto centro misional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario