Ayer fueron los miembros del grupo Juventud franciscana, liderados por Pedro, esposo de Cruz, quienes animaron la misa de aguinaldos. Él es un Quijote larense; ella, su esposa, es obrera pemona, exempleada de Evcaven, una de las bolicorruptas empresas del pajarito Arné Chacón. Pedro es pintor, músico e indagador, con amplio conocimiento de la cultura pemón. Matatigres, para más señas: conuquero, auxiliar de albañil, vigilante, porteador en el Roraima... Los aguinaldos estuvieron aceptables. La homilía fue en honor a la tarea de pastoral juvenil hecha por Fr. Santiago Pérez, capuchino, en el entonces distrito Perijá, desde las Parroquias de Machiques y San José, y el Centro misional 'Los ángeles del Tukuko'. Este fraile llegaría a ser viceprovicial de los capuchinos en Venezuela y, más tarde y por breves meses, obispo del Vicariato desde el cual escribo (Caroní). Este Vicariato es heredero de los heroicos capuchinos catalanes, de las misiones coloniales que llevaban el mismo nombre del corcoveante y oscuro río. El actual Viceprovincial, fiel lector de este blog, Hno. Ernesto Romero, es discípulo de dicho fraile castellano, al igual que quien redacta estas líneas, y así mismo otros frailes zulianos (¡Viva la 'república independiente'!).
Devoré en dos días una novela magistral de I. Kertész, regalo de una amiga estudiosa, discípula amada de Pedro Trigo, famoso sabio jesuita. Esta obra literaria es un testimonio biográfico de la banalidad del mal en medio del nazismo. Un adolescente en los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, que sobrevive y cuenta su historia. Un testigo de la barbarie del militarismo totalitario. Ojo: también estos usaban como bandera el socialismo, al igual que el carnicero Stalin.
Ahora disfruto de Tierra-Patria, una obra de Morin y Annne Brigitte, donde los autores nos llevan a tomar en serio la complejidad del momento actual de la Humanidad, que consideran agónico: la vida lucha por prevalecer ante las fuertes tendencias thanáticas de la civizilación globalizada. Armamentismo, destrucción ambiental, subdesarrollo espiritual, mega-relatos destructores (capitalismo salvaje y socialismo real, es decir comunismo), globalización excluyente y aniquiladora de las diferencias culturales... Todo eso va siendo analizado, al mismo tiempo que se nombran las tendencias esperanzadoras, que nacen de la conciencia de la honda problemática, con el reconocimiento expreso de los elementos salvadores que hay en las diversas y menospreciadas culturas, subrayando la importancia del cultivo del silencio y la interioridad, junto con el cuidado de la ética solidaria.
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