Ayer, nuevamente con los aguinalderos del sector Tukuiwokudén, celebramos la misa navideña posepifánica. Ya terminé la sabrosa y desafiante lectura del 'Jesús' de J. Klausner. Muchos detalles para rumiar. Lo dejaré en reposo para releerlo dentro de unos días. Lástima que por ser ajeno no pude subrayar. Hacerlo me permite volver sobre pasajes claves sin tener que releer todo. Sigo gustando, pero lentamente, un libro de von Balthasar sobre el tiempo, el hombre, la historia y la Palabra: El todo en el fragmento, de ediciones Encuentro.
Hoy en la caminata, rumiando la existencia y la Palabra (el evangelio cotidiano): Jesús y los discípulos van de Galilea a Judea. Tensión entre 'bautistas', los 'judíos' (posiblemente fariseos) y los 'jesuánicos'. El Bautista que reconoce que no es el novio, sino su amigo, que se alegra con el gozo del novio y la novia. Yavé e Israel. Jesús y la Iglesia (acebuche injertado en el viejo olivo israelítico). Jesús y el alma (unión esponsal, última etapa de la mística). Cantar de los cantares. Conviene que yo disminuya y Él crezca: así mismo en cada bautizado. Pablo:es Cristo que vive en mí. Podemos leer la espera cósmica también en clave esponsal; Jesús que realiza y supera la alianza con Noé. Hoy he leído en el Correo del Caroní un artículo de mons. Baltazar Porras haciendo eco a palabras de Benedicto XVI: si amas la paz cuida la creación. Cántico del Hno. Sol o de las Creaturas. Francisco de Asís quiso que sus frailes nos dediquemos, como juglares, a cantar esa obra maestra: mística, poesía y ecosofía.
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