El viernes viajé de la capital municipal a S. Rafael de Kamoirán; me detuve en Kumarakapai (S. Francisco de Yuruaní) para dialogar con Juvencio Gómez, exdiputado en el Consejo legislativo del Estado Bolívar (CLEB), actual jefe de la nombrada comunidad. Juvencio me entrega unos textos que expresan su posición ante las invasiones, vinculando la coyuntura del enfrentamiento de pemones con invasores, en Santa Elena, con el tema de fondo, la retrasada demarcación del territorio de este pueblo caribe. Juvencio recibió el informe que hizo Alexis. Ambos creo han hecho llegar sus textos a Lisa. Los tres son líderes lúcidos y combativos.
Ya en Kamoirán tuve una reunión con tres parejas que mañana se casarán por la iglesia: Víctor y Sandra son adventistas, pero aceptan hacerse católicos. Les explico que es posible el matrimonio con sus respectivas parejas católicas, aún siendo adventistas, pero que la preparación para el ingreso o regreso a la iglesia católica exige un itinerario formativo. Aceptan eso y aceptan también que sus hijos sean educados en la fe católica. Los tres casos son 'santificación de hogar', en lenguaje clásico. Les hago breve reflexión sobre tres puntos: dimensión humana, enfoque sacramental y pasos fundamentales del ritual.
El sábado es fiesta grande en esta comunidad arekuna, puesta bajo la protección del arcángel 'medicina de Dios': procesión, misa, matrimonios, primeras comuniones, bautizos, unción de enferma, comunión a dos abuelas, bendición de sochí (capilla de 'areruya', movimiento religioso caribe del siglo XIX). Hay visitantes de muchas comunidades, incluyendo un líder religioso de la región de Urimán (a dos horas de vuelo) y de Amokokupay, a cinco días de caminata hacia el este (zona en reclamación o Guyana). Dos conjuntos musicales amenizan, sábado y domingo, las noches de exceso (parte de la revuelta que es la fiesta popular latinoamericana, según O. Paz): Los puntuales y Los River.
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