lunes, 2 de agosto de 2010

Haiku 17.

Salmo 17: Escucha Yahvé:/ atiende a mi clamor,/ guárdame, oh, Dios.

En el libro del Éxodo se nos cuenta cómo el clamor del pueblo sufriente fue escuchado por Yahvé y éste suscitó en medio del pueblo a un liberador, Moisés, pastor de ovejas de su suegro, y de hombres, de la esclavitud a la tierra prometida, que no alcanzó a habitar. El Buen pastor, Jesús de Nazaret, del mismo pueblo, por su parte, nos ha prometido acompañarnos cada día hasta el fin del mundo. Ven a Mí si estás cansado y agobiado, yo te brindaré alivio, dijo el Maestro mesías y carpintero.

Sierra de Perijá y haiku 16.

Quién, que viva en la frontera con Colombia, puede tragarse las gigantes mentiras de un gobierno maula. La pregunta que hago es cómo es posible que los militares, supuestos guardianes de la soberanía nacional, callen. La contesta que me dan los que me oyen es: no creo que no sepas que la respuesta es papel moneda (mejor si son del Imperio). He prometido no escribir tanto de política... y estoy tratando de cumplirlo. Por eso me voy a los haikus.

Salmo 16: Digo a Yahvé:/ nada hay fuera de Ti./ Tú eres mi bien.

Prólogo joánico y Génesis: todo cuanto existe fue hecho por la Palabra y acariciado por el aleteo del Espíritu. Matiz de Agustín de Hipona, genial africano: todo cuanto existe es hecho, ahora, por la Palabra y acariciado por el Espíritu. Problema del mal: por qué existe. Respuesta del libro de Job: silencio que contempla la luz y el abismo, alabanza al Creador que nos acompaña en las cuitas y servicio solidario a los sufrientes.