jueves, 21 de enero de 2010

Cántico del sol IX

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.


El joven ítaloumbro que llegara a ser rey de las parrandas juveniles, en su Asís natal, se acercaba al final de su periplo existencial (1181-1226). Hans Urs von Balthasar expresa que tal vez este periplo haya sido el mayor shock espiritual que haya recibido la Iglesia en su historia bimilenaria.

Ciorán ha dicho que la calavera no es una buena introducción a la modernidad. Se ríe el pensador rumano de la pretensión moderna de reafirmarse en la ciencia y la tecnología, prometiendo paraísos terrenales, carcomidos por la muerte. Una representación clásica de Francisco de Asís, y de otros santos, los coloca vecinos a alguna calavera. La ineludible muerte es parte del ciclo existencial. El Poeta de Asís llega a llamarla hermana. La vive desde su profunda confianza en Jesús, crucificado y resucitado, pintado en el Cristo de San Damián: sangrante, pero de faz serena; con las espirales del Espíritu rodeándole; el sepulcro vacío incrustado en los brazos de la cruz y la ascensión en la parte superior de la misma, donde la mano del Padre lo recibe.

El Pobrecillo nos llama a la penitencia. Si la hermana muerte nos encuentra haciendo la voluntad del Altísimo, somos bienaventurados; nada tenemos que temer. Venceremos, en el paso, con el carpintero Mesías resucitado.

Cántico del sol VIII

Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.


El Pobrecillo sabe de la presencia del mal en la creación. El apóstol Pablo expresa que la creación entera gime con dolores de parto, queriendo dar de sí una realidad según la voluntad del Altísimo, donde ya no tengan lugar la enfermedad, el dolor, la muerte, el pecado... Pero mientras estamos en este mundo peregrinamos en fe, dijo Agustín, mientras la paz alcanzada está siempre amenazada. El Señor Jesús nos llama, en su parábola del trigo y la cizaña, a la paciencia histórica y pedagógica.

El alcalde (podestá) y el Obispo de Asís estaban peleados. La sociedad feudal era un campo de batalla: Papa contra emperador; mayores versus menores; Asís contra Perusa (así otras ciudades); católicos contra cátaros; cristianos versus musulmanes... El Poeta asisiense conoce en carne propia los conflictos y la enfermedad. Antiguo combatiente, preso en Perusa, enfrentado a su padre mercader, acosado por el partido de los clérigos (dentro de su misma Orden), cargado de achaques que le dan temprana muerte... Coronado por su capacidad para soportar y perdonar. Instrumento de concordia ayer y hoy. Testigo de la paz ante el Sultán, en Damieta, Egipto, en medio de la V Cruzada (1217).

encuentro pastoral y modelo jesuánico

Ayer, con la misa vespertina, culminamos el primer día del encuentro de laicos que animan litúrgicamente algunas pequeñas comunidades católicas, dispersas en la Gran Sabana. En esta celebración, presidida por el Obispo, Mons. Jesús Alfonso Guerrero, conmemoramos el aniversario catorce de su consagración episcopal como Vicario apostólico del Caroní. La eucaristía tuvo lugar en la Catedral. Quien escribe fue el predicador, llamado a la brevedad por la regla franciscana y por el Obispo, minutos antes de iniciar la celebración.

En la homilía hice referencia al cuerpo del Cristo total, que tiene diversos órganos, con sus respectivas funciones. El Obispo y los ministros de la Palabra son diversos órganos, pero miembros del mismo cuerpo, con el Buen Pastor como modelo común. En el evangelio correspondiente, el Buen Maestro nos da ejemplo de libertad de espíritu y sentido crítico. Vino nuevo en odres nuevos. El hombre como más importante que los tiempos y los lugares sagrados. Honda crítica a las religiones, incluyendo al catolicismo. J. Klausner, erudito judío, necesariamente cribador con Jesús de Nazaret, desde su óptica judía, reconoce sin embargo que no hay rabino comparable con Jesús en nivel ético y en capacidad de seducción, con su arte de las parábolas y los aforismos. Este contrincante hizo que bandos contrarios como eran fariseos y herodianos, se pusieran de acuerdo en algo: matar al carpintero Mesías, profeta que amenazaba el 'orden' establecido.