Salmo 22: Yahvé, Dios mío:/ me libraste del león./ Eres el Señor.
El judaísmo, el cristianismo y el islamismo (nacido en medio del judeocristianismo) son religiones históricas, que reconocen la presencia y la acción de Dios, trascendente, en medio de los vaivenes de la historia, que aparece sin embargo, como dijo Shakespeare, como discurso de borracho.
La liberación del pueblo elegido, en la antigua alianza, de las fuerzas de egipcios y asirios, es acontecimiento político y espiritual. Jesús centra su vida y predicación en el anuncio, con palabras y obras, del Reino de Dios. Esto tiene implicaciones íntimas y sociales. El seguimiento del Mesías carpintero debe llevarnos a una opción preferencial por los empobrecidos y, desde la compasión creativa, a la búsqueda de una sociedad más humana, justa, libre y fraterna.
El Señorío de Dios es visible en la naturaleza y en la historia. Pedro Trigo (combinación de molino), jesuita, solidario con los habitantes de los barrios de esta dolida patria, teólogo insigne, nos enseñó que la Creación acontece en la historia: Dios sigue creando.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario