Salí a las 9:30 pm de C. Bolívar y arribé con el amanecer a la Odalisca del Ávila, a pesar del trasbordo en El Tigre, por falla mecánica de la unidad de Aeroexpresos ejecutivos en que viajaba. Es bueno reconocer las mejoras del nuevo terminal en dicha población del estado Anzoátegui. A esa hora pasaban el indigerible programa 'La Hojilla'. Si yo fuera chavista, ese programa sería una causa para dejar de serlo.
Ya en casa, desayuno y amplio diálogo con los hermanos Jorge y Ramón. Llegó Bazarra en viaje directo desde Santa Elena de Wairén. Aseo y lectura. Disfruto de un número de Concilium dedicado a los Padres de la Iglesia en América Latina. Leo un artículo de Comblin que plantea la cuestión: los obispos proféticos del tiempo conciliar y posconciliar son 'fundadores' de unas iglesias locales con rostro, palabra, gestos y acciones propios. Disfruto luego de un artículo que fija la atención en el magisterio episcopal y eclesial latinoamericano. Saboreo las figuras de Helder (Brasil), Proaño (Ecuador) y Méndez Arceo (México)... Un dato débil en el artículo de Comblin: afirma que los religiosos dejaron la evangelización en manos de los obispos y los curas diocesanos después del siglo XVI. Eso es falso, al menos en cuanto a Venezuela. No obstante, su artículo es sugerente: Mirar a estas personalidades episcopales como a 'padres de nuestra iglesia', con mucho que decir a la iglesia entera, pero especialmente a sus colegas actuales latinoamericanos.
miércoles, 24 de febrero de 2010
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