lunes, 29 de junio de 2009

los makunaima XI

En el pantón de los makunaima aparecen, de pronto, otros pemones: el hermano mayor se casa y lleva consigo a su suegra. Los dos hermanos comparten la vida cotidiana. El matrimonio tradicional pemón no tenía mucha ceremonia. El enamorado se acercaba a sus eventuales suegros y pedía desposar a la candidata. Los padres le ponían delante los defectos, reales o supuestos, de su hija, para probar la decisión del enamorado. Una vez aceptada la formación de la pareja, los novios pasaban a vivir juntos, normalmente en el caserío de ella. Un sabio consejo pemón: el que quiere casarse debe tener casa y conuco.

El hermano menor gustaba de ir a bañarse con la cuñada y con sus artes mágicas crecía y tenía relaciones sexuales con ella. El hermano mayor descubrió la traición y hubo una gran pelea. Chiké se fue, con la suegra de su hermano, a la parte alta de un tepuy. El hermano mayor, su esposa y otros pemones, quedaron en la llanura. Vino una hambruna. Chiké y la suegra de su hermano, gracias a los poderes extraordinarios de Chiké, tenían de todo. La señora intentaba convencer a Chiké para que ayudara a su hermano. Él respondía siempre: ¿acaso tengo yo un hermano?. La señora, para ayudar a los de la llanura, echaba los restos de comida a la parte baja. Finalmente, ante la insistencia femenina, Chiké decidió reconciliarse con su hermano mayor. Hizo una falda al tepuy, para que los de abajo pudieran subir, y organizó un banquete festivo.

Infidelidades matrimoniales: el apóstol Pablo dice que la unión de un hombre y una mujer para toda la vida es un misterio (no se puede comprender). Aparecen aquí las dos pulsiones básicas del ser humano, según Freud: eros (impulso de placer y vida) y thanatos (dinamismo de agresividad y muerte). Gente de la parte alta, con abundancia de bienes, y gente de la parte baja, pasando hambre. Todo parecido con la coincidencia es pura realidad. Es la insistencia de una madre la que hace posible la reconciliación, que tiene lugar en una fiesta, como en la parábola del Hijo pródigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario