martes, 30 de junio de 2009

en el hogar del Kavanarú

Anoche viajé desde Ciudad Bolívar, en bus. Amanecí en Rápidos Kamoirán. Tomé un café tempranero, leí algunas páginas de Polkinghorne, un sacerdote anglicano, especialista en física atómica y en la relación de la teología con la ciencia llamada 'dura' o 'positiva'. Estaba tomando el desayuno, obsequio del restaurante local, cuando llegó Pedro Peña (dos veces piedra, ja...), en toyota del centro misional, a buscarme. Dos horas de mal camino... tiempo para ponerme al día. El nuevo capitán, recién electo, es Filiberto Lambós, que hasta ahora fuera secretario de la capitana Irene; ahora ésta será su secretaria (un enroque pemón); eligieron un capitán segundo, Jean Carlos Velásquez, empleado de la alcaldía Gran Sabana; los otros miembros de la junta directiva son Humberto Chaní, Francisco Pérez y Basilio Pérez. Chaní es el tesorero, los Pérez son los vocales. Filiberto y Basilio son educadores, egresados del entonces Instituto Universitario Seminario Interdiocesano (ahora Universidad Sta. Rosa de Lima); Humberto y Francisco son peritos agropecuarios, exalumnos de la Técnica de Kavanayén; el primero labora en la estación experimental de Parupa (CVG); Irene ha sido seis años jefa de esta comunidad pemón de casas de piedra.
Doy una vuelta por las instalaciones del centro misional, saludando a diversas personas y me acerco al infocentro para dejar mi granito de arena en este blog.
En el correo, una nota de Iokiñe Rodríguez, miembro del Proyecto Riesgo, confirmando algo ya escuchado de boca del recién electo capitán, es decir jefe de esta localidad: el encuentro con los ancianos ha sido cambiado de fechas. En El Nacional y el Correo del Caroní, ecos del golpe en Honduras y de la presión internacional para rehacer el orden constitucional.