sábado, 8 de mayo de 2010

Mundo, Ludovico y jefe arekuna

Mala noche, porque un cachorro, hoy enviado al Hato misional, me despertó, con sus quejidos, a la una, a las tres y a las cinco de la madrugada. Paciencia.
Rutina doméstica: levantada, cafecito, preparar para la misa, meditar en el templo, laudes, campanas, misa... El evangelio de hoy es una llamada a asumir el conflicto entre Jesús de Nazaret y el mundo; recuerdo que Ludovico Silva, beodo, bardo y marxista, ya difunto, escribió un estudio sobre la categoría 'mundo' en el comentario de Agustín de Hipona al evangelio del discípulo amado. En la literatura joánica el mundo aparece descrito así: curiosidad malsana, pasión desordenada y arrogancia del dinero. Así la curiosidad, la pasión y el dinero, que son realidades buenas, aparecen atravesadas por la ambigüedad humana. En el Evangelio Jesús aparece en abierto conflicto con los demonios, las autoridades políticas y los líderes religiosos de su pueblo judío. Los discípulos del carpintero mesías debemos revisar nuestros conflictos, para ver si estamos en sintonía con el Maestro, quien nos señaló que si todo el mundo habla bien de nosotros es porque somos falsos profetas.

Fui temprano a dialogar con el jefe de la comunidad. No tendremos el planificado taller de liderazgo con la gente que le acompaña en la tarea compleja de animar y guiar a esta comunidad arekuna. Varios de los miembros de ese equipo son alumnos de UPEL, que hoy tienen clase. Conversamos sobre la coyuntura política de los pueblos indígenas del Oriente (Anzoátegui, Monagas, Sucre, Delta y Bolívar): un candidato no querido en la mayoría de los sectores del pueblo pemón, pero con habilidad para lograr ganar en una disminuida asamblea de FIEB (Edo. Bolívar), y otro candidato impuesto por el ministerio de pueblos indígenas, con una fachada llamada Frente Guaicaipuro. Qué haran los diputados actuales (de Anzoátegui y Delta): se lanzarán ellos como candidatos, seguirán línea PSUV y apoyarán el candidato del FG, o negociarán con el candidato de FIEB. Se abren las apuestas. En un reglamento interno para estas elecciones se establece que los candidatos indígenas deben firmar una carta de fidelidad a Chávez y al proceso revolucionario. Personalmente pienso que el compromiso debe ser de los elegidos con las comunidades y los pueblos indígenas, y que estos deben despertar del letargo y crear mecanismos de control para sus supuestos respresentantes en los cuerpos legislativos.