domingo, 11 de julio de 2010

Diálogos fraternos y 'mercedarios'.

Ayer viajamos, novicios, postulantes y respectivos formadores, Bazarra y quien escribe, con Fr. Raúl, neosacerdote, ordenado en Kavanayén, quien ha finalizado su año de experiencia y marchará, después del encuentro con el Hno. Mauro, a su natal Andalucía. Karol, novicio, condujo desde C. Bolívar hasta la capital nacional. El Hno. Mauro, suizo como el gruyer y Heidi, ministro general de los frailes menores capuchinos, nos visitará, a sus cofrades, en los próximos días, en esta ciudad de 'hechos rojos' (terrible y creciente violencia: desde la doméstica, hasta la de las escalofriantes crónicas policiales).

La tarde se hizo diálogo, especialmente con Jorge, Ramón y Carlos Caripá. Jorge es fraile wayú, rector del templo de La Merced, al lado del ministerio de educación, que tiene, por cierto, paralizado el PAE (es decir, la papa de los chiquillos en sus escuelas) mientras toneladas de alimentos se pudrieron en manos de este gobierno cantinflesco, con perdón de Mario Moreno. Ramón, también zuliano, del mismo municipio que Jorge y este escribano tercermundista, es el guardián (superior local, según lenguaje tradicional franciscano), es decir la madre de los frailes que viven en este convento que los capuchinos heredamos de los mercedarios, a la vuelta de la expulsión de los religiosos que hiciera el 'Ilustre' Americano... No son nuevos los conflictos del gobierno con la Iglesia. Es bueno citar, aunque sea de memoria, a Macaulay, un intelectual inglés que pedía que le mostraran otra institución que atravesara los siglos desde la antigüedad hasta hoy y afirmaba que tal vez el Big Ben será ruina turística, como las pirámides de Egipto, mientras la Iglesia seguirá en pie. Cayeron imperios y la barca de Pedro sigue navegando, a pesar de los Césares, Hitler y Stalin. ¿Será que Chávez sabe esto?...ja. Caripá es el párroco de Tucupita. Cuenta que hay un aire fresco en el Vicariato, con el aporte de misioner@s nuev@s y creciente participación de l@s laic@s, con frenazos restauradores (clericalistas) que son dialogados sanamente y dan lugar al crecimiento, a la evolución, a la conversión pastoral de la cual hablan los documentos del magisterio posconciliar latinoamericano. Gracias Señor por los hermanos.