domingo, 7 de marzo de 2010

sábado y tercer domingo de cuaresma

El sábado el Hno. Ramón me dio la oportunidad de subir al Waraira repano, o cerro Ávila, majestuoso sultán de la odalisca capitalina. Fuimos los dos acompañando a los frailes Fidencio y Jesús, provincial y secretario de los capuchinos de Castilla. Recordé el chiste del argentino que subió al Waraira para ver cómo se veía Caracas sin él. Tiempo para caminar, dialogar, disfrutar de la vista espectacular. Pregunto acerca de la seguridad y la calidad de vida en Galipán, pueblito anterior a la figura de Parque Nacional. Me dicen que sigue siendo un espacio humano, en fuerte contraste con la ciudad de los hechos rojos; una de las más violentas de América Latina. Dios bendiga al Waraira y a Galipán, y nos ayude a humanizar a Caracas. Almorzamos arriba. Al bajar nuevamente a la contaminada capital, los castellanos se van en taxi a la iglesia de la Chiquinquirá, en La Florida, y los dos venezolanos caminamos hasta el vetusto convento de La Merced. Ramón me presta una camisa limpia para ir a La Pastora, a celebrar la misa y el bautizo de Sofía, una linda chiquilla hija de Eduardito y Sandy, miembros del Spes, un equipo de animación y formación en pastoral juvenil. Misa, bautizo, mesa y danza con las amigas Rivas. Portugueses y maracuchos hicieron sendos grupos de diálogo. Los criollos bailábamos.

Domingo: misa matutina; las Hnas. Benedicta y Nervis, franciscanas del sagrado corazón de Jesús, me saludan en la sacristía, después del banquete del carpintero mesías; Cruz, amiga pemona, también me visita; conversamos una hora en el comedor frailuno, mientras ella disfrutaba del café; me da algunas noticias sobre amigos comunes; bajamos juntos hasta la estación de Capitolio; ella se va a Quinta Crespo, a la semanal compra de víveres; yo me dirijo a adquirir el pasaje en Rodovías, a Ciudad Bolívar. Esta noche, si Dios quiere, comenzaré mi camino al sur. Caminata y meditación, de Rodovías a casa. La mezquita, una iglesia maronita, los museos, la antigua sede del Ateneo, artesanos de la calle, libreros... Almuerzo, compartido con Mons. Felipe; larga siesta. Dos entradas en este blog.