martes, 15 de junio de 2010

Haijin bíblico, 1

Cinco-siete-cinco; diecisiete sílabas y un instante. Esto es un haiku y haijin es el autor de haikus. Me propongo compartir con ustedes algunos poemas bíblicos construidos, a partir de los salmos, según la dicha estructura, por un fraile amigo, misionero como quien escribe.

Salmo 1: Dichoso el hombre/ que no sigue el camino/ de los impíos.

El camino es una metáfora poderosa. 'Yo soy el Camino', dijo el Mesías carpintero, que nos brinda unas claves para alcanzar dicha: las Bienaventuranzas; el sendero del pobre, del que llora, del sufrido, del que tiene hambre y sed de justicia, del misericordioso, del limpio de corazón, del que trabaja por la paz, del perseguido, es decir de Jesús de Nazaret.

Carlos Somera en Kavanayén

Ayer en la tarde, Carlos Somera, viceministro de pueblos indígenas, visitó este poblado arekuna y dialogó con un grupo de la comunidad, incluyéndome, sobre diversos tópicos. Comenzó por hacer un poco de historia personal, desde su comunidad Pampatamerú, donde el Aponwao se une al Kukenán, formando el Caroní, que se parece más al primero, por el color oscuro de sus aguas y por su gusto por corcovear. Pasó por sus años en el centro misional de Wonkén, los días de universitario en la aldea, en Santa Elena, sus tareas como empleado de alcaldía (promotor de los consejos comunales), su arribo al puesto actual. Insistió en que los jóvenes y las mujeres deben luchar por ganar espacios de participación. El discurso, aún haciendo referencias a Chávez y Nicia, no estuvo recargado de ideología oficialista, a diferencia de la verborrea que le escuchara a la ministra nombrada en la asamblea pemón de Fuerte Manikuyá, hace unos años, cuando un anciano indígena le dijera: 'nuestra pelea no es con Bush, ministra, es con ustedes, el gobierno, que no quieren cumplir con el mandato constitucional relacionado con nuestro territorio'. Hubo diversas intervenciones de miembros de la comunidad. Por mi parte insistí en la palabra del anciano señalado, de nombre bíblico (Job): ¿por qué el Estado no cumple con lo pautado en la Constitución y entrega los títulos de propiedad sobre sus territorios a los pueblos originarios?

En un libro de Mires sobre los pueblos indígenas en América Latina, que me obsequió el Hno.René, veterano misionero en medio de los yekuanas del Erebato, hay unas luces para la coyuntura actual de los pueblos originarios en esta Venezuela de Estado autoproclamado revolucionario y socialista: la lógica revolucionaria-marxista es finalmente occidental, materialista, desarrollista, estatista, militarista, centralista, ilustrada... y por lo tanto contraria a la racionalidad indígena. Ésta es otra, aunque próxima: animista, ecológica, a-estatal, civilista, descentralizada, popular. Apunta Mires un caso emblemático de desencuentro de indígenas y revolucionarios: los miskitos.

Días pentecostales en Kavanayén

Los últimos días han sido especiales. El viernes fue la celebración de las primeras comuniones y las confirmaciones. Treinta y seis niños y cincuenta y cinco jóvenes participaron del banquete del Mesías carpintero, junto con gran parte de la comunidad. Éramos trescientas personas alabando al Altísimo por su misericordia, que nos regala vivir estos días pentecostales (el Soplo del Altísimo acaricia Kavanayén). Presidió el señor Obispo, Jesús A. Guerrero, Vicario apostólico del Caroní. Después de la misa, otra mesa. Comida festiva con los niños y los jóvenes en el pasillo frailuno del centro misional.

El sábado el Obispo ordenó de sacerdote al Hno. Raúl, joven andaluz que ha vivido una experiencia misional de un año en este paradisíaco lugar. El Viceprovincial de los Capuchinos, Ernesto Romero; Carlos Bazarra, autor de los comentarios de la Hojita 'Domingo' y maestro de novicios; Miguel Fernández, wayú, párroco de 'Sagrado Corazón de Jesús' en Ciudad Bolívar y quien escribe, éramos el presbiterio que acompañaba al epíscopo en la tarea de invocar al Espíritu, para que configure a Raúl según la voluntad del Altísimo, que lo ha llamado a ser ministro del Pueblo de Dios. Nuevamente éramos alrededor de trescientos fieles en el templo dedicado a Sta. Teresita de Lisieux. Entre los trescientos, gente de varias comunidades visitantes: S. Luis, S. Rafael, Tuaukén, Praitepui de Roraima... Los padres de Raúl ocupaban el primer banco a la izquierda de la patrona, junto a la imagen del Inmaculado Corazón de María. Estaban presentes también los postulantes y los novicios capuchinos, además de los frailes Richard, vicemaestro de novicios y Yornney, posnovicio que reside en la odalisca del Orinoco.

El domingo Raúl presidió su primera misa, auxiliado por el Hno. Ernesto, que hacía de apuntador (como en el teatro). El Hno. Ernesto fue también el predicador. Homilía de campanillas se decía antes. Una llamada a ejercer el sacerdocio en clave franciscana. Sacerdocio fraternal y menor, es decir humilde y próximo a los pobres, predilectos del Reino de Dios. Después de misa, actos culturales en la Casa Múltiple, en honor a Fr. Raúl y la Hna. María Consuelo, franciscana del sagrado corazón, quien viviera varios años en Kavanayén y fuera la fundadora del bachillerato. La actual jefa municipal de educación, Berenice Sigala, presidía el homenaje. Berenice fue una de las primeras bachilleres graduadas en esta localidad arekuna. Más tarde, banquete comunitario. Recuerdo la frase de la patrística. La comunidad celebra el banquete y el banquete constituye a la comunidad.