miércoles, 14 de octubre de 2009

un día cualquiera

Rutina matutina frailuna: levantada (4:30 am), aseo, cafecito (hacerlo y beberlo), preparar para la misa, meditar, celebrar la eucaristía, laudes, meditación, desayuno... A las 8:00, clase con los cinco postulantes. Francisco Javier todavía no ha regresado. En clase leemos y comentamos la exposición que los obispos conciliares hicieron sobre el mundo moderno; líneas vigentes, a pesar de las cuatro décadas del documento Gaudium et spes. Hoy nos detuvimos en una frase de Nietzsche: los antiguos querían ser héroes, los medievales santos y los modernos hozadores (es decir, cochinos). Aquiles, héroe de los griegos. Las virtudes de un guerrero, virtudes cardinales: fortaleza, prudencia, templanza, justicia. Los santos y las teologales: fe, esperanza y caridad. ¿Cuáles serán las virtudes de un hozador? Habrá que preguntar al cerdito amable de la película.

Después de la clase fui, como de costumbre, al infocentro, donde animé a Pedro Caballero a escribir una nota de prensa para enviarla a diferentes periódicos, sobre el paro del campamento de Edelca, tomado por los exempleados de Evcaven, en demanda de sus derechos laborales. Una de los afectados es su esposa, Cruz Pérez. Leo El Nacional y El Correo del Caroní. Reviso mis buzones-e en gmail y cantv. Respondo unos mensajes, incluyendo un envío de noticias sobre el conflicto entre yukpas y ganaderos, en la Sierra de Perijá, especialmente en el río Yaza. Al parecer ya hay sangre. La tardanza en la demarcación es la principal causa de esta situación, pero nadie en el Estado tiene pantalones para asumir esa responsabilidad y dar los pasos necesarios para subsanar, haciendo cumplir el mandato constitucional, que ya tiene ocho años de retraso.

En las tardes estoy realizando las primeras entrevistas personales con los postulantes: historias de vida, salud física, capacidad de convivencia, eco a los días vividos en Kavanayén, ritmo cotidiano (oración, clases, estudio, trabajo manual, deporte, recreación, comidas...) y ambiente, fraterno y contextual. Recuerdo mucho lo orado, reflexionado y dialogado en Conocoto: acompañados para acompañar.