miércoles, 28 de octubre de 2009

tres días en Kavanayén

El lunes, en rutina matutina frailuna, tuve clases con los postulantes. Continuamos en la lectura y el comentario de Gaudium et spes, uno de los dos documentos claves del Concilio Vaticano II, que todo católico adulto (no sólo cronológicamente, claro) debe leer. Notas del mundo actual y del diálogo de la Iglesia con él, que al mismo tiempo 'es' nosotros, porque no somos marcianos. Recuerdo que me sorprendió saber que Ludovico Silva, filósofo, bardo y beodo, marxista y marxólogo; para más señas, venezolano ya difunto, escribió un estudio sobre el análisis de la categoría 'mundo' en el comentario de Agustín de Hipona al evangelio joánico. ¡Tomen su tomate, marxistas ramplones!. El martes correspondió la clase al Hno. Raúl, capuchino andaluz, quien comparte con los postulantes el texto del catecismo universal de la Iglesia católica.

Como pasé unos días de andariego, ahora estoy bastante tiempo en casa, leyendo y rumiando. Evoco el método nietzscheano de estudio: leer el corpus (la totalidad o lo más posible de un autor o sobre un tema), rumiar y hacer cuerpo (digerir bien lo leído y rumiado, hasta que forme parte de uno). Llevo varios días leyendo y saboreando unas crónicas misioneras del amazonas ecuatoriano, de la pluma de un fraile capuchino navarro, Miguel Ángel Cabodevilla: periodismo, literatura, historia, antropología, teología con humor, pensamiento crítico, geografía, análisis político... Debo escribir a Milagros Aguirre y a este hermano capuchino, por los textos que he leído: biografías de dos pumas, uno capuchino y otro franciscano, de ella; y estas sabrosas crónicas, de él. Textos hermosos y cuestionantes, es decir, enriquecedores.

Hoy miércoles, después de terminar el comentario incompleto a GeS, llamo a los jóvenes a leer las primeras páginas de la obra de O. Englebert sobre Francisco de Asís. Aunque la de Manselli es considerada actualmente la mejor biografía, seguimos usando la de Englebert por su estilo narrativo. Hemos reflexionado sobre nuestro contexto para acercarnos ahora al texto de Englebert sobre un joven ítaloumbro del siglo XIII, que cuestionó hondamente la sociedad y la iglesia de su época, que no eran lo mismo, pero eran iguales (régimen de cristiandad).

No hay comentarios:

Publicar un comentario