Presidí el banquete del carpintero Mesías, donde el Espíritu aletea sobre el Pan y el Vino, para que pueda acontecer la presencia misteriosa del Jesús Nazareno, que nos llama a centrar nuestra vida en la búsqueda del Padre Bueno y en la fraternidad que reclama la reconciliación, especialmente en esta Venezuela que se desangra cada fin de semana por tantas personas, especialmente jóvenes, abaleadas.
Dialogué con Jorge, excapitán y educador a tiempo completo, sobre varios temas relacionados con la dinámica del pueblo pemón. Enfocamos la atención en los temas que Rafael Castillo, excapuchino, afirmaba que son obsesiones para quien escribe: lucha por el territorio pemón, revisión para fortalecer la organización propia desde la base, refuerzo de la identidad cultural. Comparto con Jorge la noticia de la demanda de los barí al Estado ante el TS(I), porque no es de (J)usticia sino de (I)njusticia. Demanda que no es infructuosa, porque sirve para desenmascarar a un Estado con discurso indigenista, que se niega a cumplir con el mandato constitucional de reconocer la propiedad colectiva de los pueblos originarios sobre las tierras que ancestralmente ocupan.
En la tarde fui a conversar con Demetria, arekuna simpática, que tiene cargo de coordinadora en el liceo local; hablamos con formato libre: datos existenciales de ambos, tareas, dificultades, crisis, discernimientos, amigos, proyectos...
Mientras los pemones cuenten con líderes como estos, tienen futuro; gente lúcida, honesta, con sentido de solidaridad y espíritu emprendedor. No obstante, hace falta tejer alianzas entre ellos y otros para hacer equipos de reflexión, donde, como anhela Valeriano, veterano líder de este pueblo caribe, 'se piense la realidad para afinar las acciones pertinentes', especialmente en la lucha por el derecho al territorio.
lunes, 15 de marzo de 2010
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