Fui el domingo a Unatöy, pequeña comunidad ubicada al suroeste del centro misional de Kavanayén. Una hora de camión, tres horas en el río Karuai y dos horas en cuatro tramos de caminata. Al llegar al salto Epopá los acompañantes bajan a hombro el motor y la lancha de aluminio. Cuando arribamos al salto Kavai, atravesamos un trozo de selva. En la parte baja del salto esperamos brevemente a los navegantes de Unatöy, que nos llevan a los raudales de Kormé. Allí desembarcamos y los navegantes bajan la canoa por la orilla, con cuerdas, para que el río no la arrastre violentamente. Desde allí surcamos aguas hasta el puerto de la comunidad destino.
El domingo, el lunes y el martes, jornada de la fiesta patronal, todo transcurrió en paz. Fui hospedado, como en años anteriores, en la Sochí (templo tradicional del 'areruya'; el término es un préstamo de los pemones al inglés, 'church'), de paredes de barro y techo de 'palma de S. Pablo'. Areruya es un movimiento religioso de la región circunroraima, que nació entre los akawayos y está vivo entre los pemones. Comidas comunitarias, abundantes cantos en pemón, rosarios, misas, dos bautizos y un matrimonio. El martes a partir de las 3:00 pm comenzó a llover; hubo lluvia durante seis o siete horas. Leí unas pocas páginas de una novela de Poniatowska: memorias de Jesusa, mujer del pueblo que en sus peripecias nos cuenta el México profundo.
El miércoles, al regresar, los navegantes de Unatöy, desoyendo consejo de Irene, excapitana, quisieron remontar el raudal de Kormé a fuerza de motor, en vez de arrastrar la canoa por la orilla. Trambucaron. Cuatro jóvenes cayeron a las aguas del Karuai. Sólo tres lograron salir. Enmanuel Lambós no apareció. Todavía hoy están los rescatistas de Emasensén buscándolo. Suponemos que murió. Cruel noticia para su padre, Cecilio y su jovencísima novia Hosanna, que estaba en el lugar de la dolorosa pérdida.
Hoy, al mediodía, ha muerto Bruno, abuelo de Enmanuel. El crucificado que ha resucitado los guíe a la casa del Padre Bueno, donde muerte y llanto no tienen lugar.
sábado, 3 de julio de 2010
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